Este mueble presenta un problema evidente. Cuando le falta producto se generan unos huecos que dejan ver el “esqueleto” del expositor.
Le quita cuerpo, elegancia, y lo que es peor, visibilidad, porque pasa de ser un mueble para ser visto a una estructura metálica sin más.
Pero como todo, tiene su parte positiva, pesa mucho menos, con lo cual algo facilita el transporte. Quizá una característica no especialmente equilibrante.